Leyenda de la calle Abrazamozas, una historia de un joven que recibió una lección

10/07/2022 - 12:03 am

Esta leyenda cuenta la historia de cómo una calle era el escenario preferido de un joven para acercarse a las mujeres de su comunidad.

Ciudad de México, 10 de julio (SinEmbargo).- Las leyendas forman parte de la riqueza cultural mexicana, cada lugar tiene sus propias historias y aunque algunas parecen repetirse, suele existir un elemento que las hace especiales y las diferencia de las demás. En Veracruz existen varias leyendas muy conocidas como El Callejón del Diamante o la Mulata de Córdoba, pero sus calles guardan más leyendas de las que conocemos, así que en esta ocasión compartimos la leyenda de La calle Abrazamozas.

La calle Valdés Leal era conocida como Abrazamozas, está estrecha y oscura calle tiene una historia en la que un joven no respetaba a las mujeres de su comunidad.

El término «abrazamozas» se usaba para designar a los jóvenes que buscaban aventuras amorosas al caer el sol; uno de eso mozos solía esconderse en esa calle para asustar y abrazar a las mujeres que paseaban solas.

Los padres, maridos y hermanos de las mujeres del barrio lo encaraban para que dejara de hacerlo, sin embargo, el joven continuaba e ignoraba los avisos, ante esto, los habitantes de la zona decidieron darle una lección.

Una noche el joven vio a una mujer muy bella caminando por la calle así que decidió seguirla para tratar de conquistarla, ella le pidió que la dejara en paz y continuara su camino pero él, en lugar de alejarse, continuó y puso mayor empeño en acercarse a ella.

A pesar de las palabras de la mujer el joven insistía sin respetar las palabras de la señorita, en la calle Abrazamosas él le cortó el paso y le dijo que la dejaría en paz si le permitía abrazarla. La mujer accedió y se dejó abrazar pero antes advirtió que era muy peligroso acercarse a ella, ante esto el joven hizo caso omiso, la mujer abrió la capa que llevaba puesta, entonces él vio un rostro demacrado con ojos malévolos y de la bica de esa cara salía la frase: «soy la muerte y vengo por ti». El joven se desmayó.

Al siguiente día el joven permanecía encogido en una esquina de la calle y al ver a sus amigos les contó lo sucedido, ellos pensaron que todo era por el alcohol que el joven solía beber y no le prestaron importancia. Se desconoce si todo fue un plan de los padres y esposos del pueblo o si realmente se le apareció la mujer que él contaba.

Redacción/SinEmbargo
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